La imagen corporativa es la percepción del público sobre una empresa, el conjunto de creencias, actitudes, ideas, prejuicios y sentimientos de los consumidores sobre la entidad.
Sirve para reflejar la personalidad de una marca o empresa a la vez que ayuda a forjar o alejar lazos de confianza entre esta y su público objetivo. Una excelente imagen corporativa se traduce en la permanencia de la marca en la mente de los consumidores de manera positiva.
La cadena de hamburguesas Burger King ha presentado su nueva identidad de marca, una imagen con la que pretenden mostrarse más apetecibles.
Esta identidad debemos considerarla realmente como un rediseño, ya que remite a la que utilizó la compañía desde 1969 y que se mantuvo, con alguna modificación, hasta que en 1999 se implantara el logo que ha sido sustituido.
«Era hora de que su identidad visual reflejara el resto de su negocio creando un mundo de marca con el que los consumidores modernos pudieran sentirse bien.»
La identidad pierde parte de la complejidad visual que adquirió en 1999, con esa cinta azul, los brillos en el pan o el giro que adquirió el conjunto. Actualmente vuelve a una imagen más simple, minimalista, que rinde homenaje a la herencia de la marca y se hace más compatible con la tecnología digital.
COLORES E IMÁGENES
La identidad que se ha creado está llena de energía visual. La paleta de color está basada en los colores característicos de sus productos, usando: marrón, amarillo, verde, naranja, rojo o blanco y en ellos podemos reconocer el color de la carne a la parrilla, las patatas fritas, lechuga, pan, tomate o cebolla.
Esta gama de color es con la que se trabaja en los distintos elementos de la identidad: packaging de productos, uniformes, comunicación o espacios de la compañía.
La parte más gráfica de la identidad utiliza imágenes en primeros planos de sus productos, así como una serie de ilustraciones que dan un toque divertido y dinámico a la comunicación de la empresa. Esta línea gráfica tiene como objetivo que el cliente anhele la comida, además de comunicar su frescura, perfección de asado a la parrilla y, sobre todo, sabor.
TIPOGRAFÍA
La nueva tipografía de esta identidad es Flame Sans, una tipografía redondeada y orgánica que quiere también evocar las formas naturales de los alimentos. Es una tipografía con ojos y blancos internos pequeños, que en algunas reducciones puede llegar a empastarse.
Esta tipografía no solo se usa en el logotipo, sino que se juega con ella y sus formas en otras aplicaciones de identidad, como el packaging o los elementos envolventes.
Esta puesta en funcionamiento del rediseño de la imagen, no sólo influye en todos los elementos de la identidad visual -productos, espacios, comunicación, imagen del personal- sino que también está ligado a una puesta en marcha de nuevas estrategias empresariales, tanto de expansión, como de renovación en el funcionamiento de sus restaurantes.
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